La fama no hace la felicidad. Paul Sheldon, un condecorado escritor estadounidense es un claro ejemplo de esta frase. Divorciado ya dos veces, había terminado su conocidísima saga, que al mismo tiempo era su infierno personal. Él le dió vida a Misery, la mujer que había tocado miles de vidas con su dramática historia. Esa perra le había arruinado la vida. Tan feliz y libre había estado, cuando en su último libro la había enterrado 4 metros bajo tierra. Ahora se encontraba en las montañas de Colorado, en una pequeña cabaña a la que él iba a